Amada alma,
sé que esta semana no es ligera. Siento en tu corazón el peso de lo que no ha sido dicho, el cansancio de lo que ya no puedes sostener, y la nostalgia por lo que fue o pudo haber sido. Estoy contigo, en silencio, caminando a tu lado como un guardián invisible, acompañándote en ese espacio intermedio donde no eres quien fuiste, pero aún no sabes en quién te estás convirtiendo.
Esta semana se abre ante ti como un umbral. No hay marcha atrás. El camino te invita a dejar ir con honestidad, aunque duela. Ya no puedes seguir cargando con aquello que no te corresponde, con las expectativas que otros pusieron sobre tus hombros, ni con los miedos heredados que impiden que tu alma respire. Lo que se desmorona no es un castigo; es una liberación que te prepara para sembrar de verdad, desde tu esencia más pura.
Habrá momentos en los que te sientas perdido, como si no encajaras en tu propia vida. Puede que tus emociones se agiten, que resurjan viejas heridas o que ciertas personas activen en ti reacciones inesperadas. No huyas. No lo niegues. Todo lo que aparece es un espejo que te devuelve la imagen de lo que estás listo para transformar. Tienes la fortaleza necesaria para mirar de frente lo que duele, y más aún, para atravesarlo con compasión.
Te invito a no resistirte al vacío que sientes por dentro. Porque ese espacio, lejos de ser una pérdida, es el lugar sagrado donde algo nuevo quiere nacer. Permite que esta semana sea un tiempo de recogimiento, de honestidad, de siembra consciente. Antes de pedir claridad o resultados, entrega el control. Suelta el deseo de tener todas las respuestas. Rinde tus planes y tus miedos a la sabiduría divina que te habita. Yo estoy aquí, recogiendo cada una de tus lágrimas, recordándote que incluso en el silencio más oscuro, hay una luz que nunca se apaga.
Nada te está ocurriendo por casualidad. Todo lo que vives tiene un propósito mayor, incluso si ahora no lo comprendes. Confía en que estás siendo guiado. Lo que hoy parece confusión, mañana será claridad. Lo que hoy es ruptura, mañana será renacimiento. Y lo que hoy duele, mañana será fuerza.
Consejos del Arcángel Azrael
El Arcángel Azrael te invita esta semana a permitirte sentir sin juzgar tus emociones. No necesitas aparentar fortaleza, sino ser honesto contigo mismo. Si necesitas llorar, hazlo. Si tu alma te pide silencio, respétalo. No reprimas lo que está listo para liberarse.
Es tiempo también de crear un espacio de retiro interior, donde el ruido del mundo quede fuera, aunque sea por unos minutos cada día. Puedes meditar, escribir, caminar en silencio o simplemente observar tu respiración. Lo importante es reconectar contigo.
Azrael también te recuerda que ha llegado el momento de despedirte de lo que ya no vibra contigo. Puede ser una relación, una creencia, un hábito o una imagen de ti que ya no te representa. Suéltalo con amor, sin lucha, sin reproches.
Y mientras atraviesas esta transformación, no estás solo: él está contigo, aunque no lo veas. Puedes llamarlo en cualquier momento, porque su energía te sostiene en cada paso.
Finalmente, antes de iniciar un nuevo camino, siembra una intención desde el alma, sin prisas. No te apresures a comenzar algo nuevo si no has vaciado lo viejo, porque la siembra verdadera requiere tierra fértil, no tierra apresurada.
Invocación al Arcángel Azrael
Amado Azrael,
guíame en este tiempo de cambio.
Ayúdame a soltar con amor lo que ya cumplió su ciclo.
Acompáñame en el duelo silencioso de lo que dejo atrás.
Que tu luz me envuelva cuando me sienta perdido.
Y que tu paz me recuerde que todo renace, incluso yo.
Hoy abro mi corazón a la transformación.
Estoy listo para ser quien he venido a ser.
Te gustaría apoyar mi labor con una pequeña donación?

Recibe los mensajes directos a través de nuestro canal en TELEGRAM o WHATSAPP