Este ejercicio te ayudará a clarificar el camino de tu alma y a comprender mejor tu proceso de evolución. A través de la reflexión consciente y la energía de la luz, te permitirá cerrar ciclos, aceptar el presente y abrirte con confianza a lo que está por venir.
Materiales:
- Tres velas: una blanca, una azul y una dorada.
- Tres hojas de papel y un bolígrafo.
- Un espacio tranquilo donde puedas sentarte cómodamente sin interrupciones.
Preparación:
Antes de comenzar, busca un momento del día en el que puedas estar en calma, sin distracciones. Si lo deseas, puedes acompañar este ritual con música suave o incienso para crear una atmósfera de introspección y conexión espiritual.
Siéntate en un lugar cómodo y coloca las tres velas frente a ti, alineadas en línea recta, representando el pasado, el presente y el futuro. Frente a cada vela, coloca una de las hojas de papel y el bolígrafo. Respira profundamente tres veces, inhalando paz y exhalando cualquier tensión o inquietud.
Paso 1: Reflexión sobre el Pasado
Toma la vela blanca y enciéndela con la intención de iluminar el aprendizaje de tu pasado. Observa su luz por unos momentos, respira profundamente y permite que la energía de la transformación envuelva tu espacio.
Luego, toma la primera hoja y, con sinceridad, escribe sobre un ciclo que terminó en tu vida. Puede ser una relación, un trabajo, una creencia o un patrón emocional que has superado. Reflexiona sobre lo que aprendiste de esa experiencia, cómo te transformó y qué huella dejó en ti.
Cuando termines de escribir, observa nuevamente la llama de la vela y, con voz firme pero serena, di en voz alta:
“Agradezco este capítulo de mi vida y libero con amor todo lo que ya cumplió su propósito. Reconozco que cada experiencia me ha llevado a crecer y a convertirme en la persona que soy hoy. Dejo ir con gratitud, confiando en que todo ha sucedido para mi mayor bien.”
Siente la energía de la vela blanca envolviendo ese pasado, sanándolo y disolviendo cualquier atadura emocional.
Paso 2: Aceptación del Presente
Toma la vela azul y enciéndela con la intención de traer claridad y paz a tu presente. Observa la llama con atención, permitiendo que su luz te ayude a centrarte en el ahora. Respira profundamente y, con cada inhalación, siente cómo tu cuerpo y mente se relajan, dispuestos a aceptar este momento tal como es.
Luego, toma la segunda hoja de papel y comienza a escribir sobre tu momento actual. ¿Cómo te sientes en este preciso instante? No hay respuestas correctas o incorrectas, simplemente permite que tus pensamientos y emociones fluyan sin juicio. ¿Cuáles son los desafíos que estás enfrentando? ¿Qué emociones predominan en tu vida en este momento? Si no encuentras palabras, no te preocupes, solo escribe lo que surja de tu interior, sin filtros ni expectativas.
Cuando termines, observa nuevamente la llama de la vela azul y, con voz serena, di en voz alta:
“Acepto con serenidad el momento presente y permito que la transformación fluya en mi vida. No necesito tener todas las respuestas ahora, solo necesito estar presente y confiar en que todo tiene un propósito. Hoy elijo aceptar mi proceso con amor y paciencia.”
Imagina que la luz azul de la vela te envuelve suavemente, llenándote de calma y claridad. Siente cómo todo lo que te pesa se suaviza, cómo la incertidumbre se convierte en confianza y cómo el simple hecho de aceptar tu presente sin resistencia aligera tu corazón.
Permanece unos momentos en este estado de paz antes de continuar con el siguiente paso.
Paso 3: Visualizar el Futuro
Antes de escribir, enciende la vela dorada y permite que su luz ilumine tu espacio. Siente su calidez y deja que su brillo te recuerde que cada día es una oportunidad para crecer, aprender y evolucionar.
Toma la tercera hoja de papel y escribe sobre tus anhelos y deseos para el futuro. No se trata de pedir cosas materiales, sino de enfocarte en cómo deseas sentirte, en la persona en la que te quieres convertir. Pregúntate:
- ¿Cómo imagino mi vida si confiara plenamente en el flujo divino?
- ¿Qué cambios quiero ver en mí?
- ¿Qué actitudes, emociones o pensamientos deseo cultivar?
Deja que tu corazón hable sin miedo y escribe con la certeza de que todo lo que plasmes en esa hoja es posible. Este es un ejercicio de alineación con tu verdadero propósito, con la mejor versión de ti mismo.
Cuando termines, observa la llama de la vela dorada y, con voz firme y esperanzada, di en voz alta:
“Confío en el camino que se abre ante mí y recibo con gratitud cada nueva oportunidad. Permito que mi alma se exprese con libertad, guiada por la sabiduría divina. Me abro a nuevas experiencias con alegría y sin miedo, sabiendo que el universo siempre conspira a mi favor.”
Cierra los ojos y visualiza tu futuro bañado en esta luz dorada. Siente la certeza de que todo lo que deseas está en camino y que cada paso que das está alineado con tu propósito. Permanece unos momentos en este estado de conexión, respirando profundamente y dejando que esta energía te llene de confianza.
Cierre del Ritual
Observa las tres velas encendidas y nota cómo juntas forman un sendero de luz: el blanco del pasado, el azul del presente y el dorado del futuro. Permanece en silencio unos minutos, permitiendo que esta imagen se integre en tu interior.
Cuando sientas que es el momento adecuado, agradece al Arcángel Azrael por guiar tu proceso de transformación. Si lo deseas, puedes cerrar con una oración como esta:
“Amado Arcángel Azrael, gracias por iluminar mi camino y por recordarme que cada final es un nuevo comienzo. Hoy libero con amor lo que fue, abrazo con gratitud lo que es y recibo con confianza lo que será. Que tu luz me guíe en este sendero de transformación. Así es y así será.”
Permite que las velas se consuman por completo o, si prefieres, apágalas con gratitud. Guarda las hojas en un lugar especial o, si sientes que es necesario, quémalas como símbolo de liberación y renacimiento.
Beneficio de este ejercicio:
- Sanación del pasado: Te ayuda a comprender que todo lo vivido ha sido parte de tu evolución.
- Paz en el presente: Te permite aceptar tu proceso sin resistencia.
- Confianza en el futuro: Te abre a recibir lo que viene con una actitud de gratitud y esperanza.
Este ritual es un hermoso recordatorio de que todo en la vida es cambio, y cada transformación te acerca más a tu verdadera esencia.Que la luz del Arcángel Azrael te acompañe en este sendero de transformación.
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